El tratamiento térmico es un proceso fascinante que involucra una gran cantidad de fenómenos fisico-químicos para transformar las propiedades de un material. Sin embargo, para alcanzar estas propiedades, la mayoría de los procesos implican el uso de energía (altas temperaturas) y/o, en algunos casos, el uso de sustancias que representan algún tipo de riesgo a la salud.
Es por ello que en esta entrada queremos compartir algunos tips básicos para operar siempre de manera segura y llegar a la edad de retiro vivitos y coleando.
Empecemos con la combustión y las mezclas explosivas. La mayoría de los tratamientos térmicos emplean por lo menos alguno de los siguientes gases:
- Gas Natural (metano) / Propano
- Mezcla endotérmica o sintética (Hidrógeno + Nitrógeno + Monóxido de Carbono)
- Metanol
- Amoniaco
- Nitrógeno
- Trazas de CO2 y Agua
Los 4 primeros gases en la lista se caracterizan por ser combustibles, y en estos casos los riegos pueden ser minimizados conociendo y controlando los tres elementos necesarios para que una combustión ocurra:
- Combustible
- Oxigeno (aire)
- Fuente de ignición (flamas, chispas, superficies a temperatura mayor a 700 °C)
También tenemos gases como el Monóxido de Carbono (CO) que pueden provocar envenenamiento. El método mas usual para disponer de estos gases en la operación de Tratamientos Térmicos es quemándolos por suficiente tiempo a través de los efluentes.
Cualquiera sea el caso, a continuación les compartimos la siguiente infografía para consultar de manera rápida las prácticas recomendadas para el manejo seguro de gases empleados tratamiento térmico